Las bebidas azucaradas (BAz) representan un riesgo especial a la salud por contener una cantidad considerable de calorías provenientes únicamente de azúcares añadidos, a la vez que ofrecen poca o nula nutrición. Además, por estar en forma líquida, estas bebidas no satisfacen el hambre, por el contrario, estimulan antojos de alimentos altos en azúcares. Además, el cerebro no registra las calorías que contienen estas bebidas, causando que al final del día se consuman más calorías de las necesarias. La causa más frecuente de enfermedades cardiovasculares es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan al corazón o el cerebro, de ahí que se puedan desarrollar enfermedades del corazón (infartos) y enfermedades cerebrovasculares. El consumo habitual de bebidas azucaradas aumenta los niveles de triglicéridos y colesterol malo (grasas en sangre), lo que incrementa el riesgo de estas obstrucciones arteriales.